19 de junio de 2011

Nubes

Porque la felicidad es lo único que nos interesa perseguir hasta quedarnos sin aliento, aunque la última esperanza sea de cartón, lucharemos hasta que la última luz se apague.
Que me encanta encontrarte a gusto entre tus dedos. Que tu distancia es lo único que pido para los días con sol y sin una gota de lluvia.

13 de junio de 2011

Devuélveme

¿Qué haces cuando se acerca el final? ¿Cómo reaccionar? ¿Es preferible fingir, buscar cualquier resquicio de normalidad? ¿Cuál es la mejor manera de cerrar los ojos y aceptar que se acaba?

Yo aprendí de Caos. En mi otra vida, en mi vida normal, aprendí de ella. De su manera de mirarme y susurrarme: "todo es aleatorio... ", con esa voz suave, que me hacía desearlo. Aprendí de su silueta pelirroja, de su tranquilidad aparente. De su vida, de su extraño canto (no me importa), del equilibrio que encontraba al reclamar la inutilidad del dolor. Ella me cambió. Quería que yo dejara de sentir, de vivir, para volverme yo misma. En la oscuridad más profunda, me abracé a mí misma.
Pero ahora que se ha ido, ya no sé cómo reaccionar. ¿Qué habría hecho ella en mi lugar? ¿Gritar? ¿Correr? ¿Acaso ella tenía la solución? ¿Huir, como hacía ella siempre, arreglaría algo?

Sé que está a punto de pasarme algo. No conozco la manera, ni el por qué, pero creo que estoy a punto de estallar. No me gusta implosionar, pero era algo que a Caos se le daba demasiado bien.

No sé si puedo ser como ella. Si en este mismo instante, sería capaz de darme la vuelta y escapar. De no volver a mencionar tu nombre, ni a recordarte, ni siquiera a mirarte a los ojos una última vez para decirte adiós. Que se acabó.

Tiempo.

Que me atrapa. Que me ve pasar y no me deja palabras.
Tiempo entre la niebla, que sólo me deja recuerdos. Un pasado igual de doloroso, que me encuentra. Y la sensación de que todo, de nuevo, se volverá a repetir.

11 de junio de 2011

Profundidad.

Echar de menos algo que nunca ha sido tuyo. Perderte sin querer, y de repente no querer encontrarte de nuevo.
Despertarse con esa canción, y pensar que el mundo merece otra oportunidad.
Levantarse de nuevo, y mentir al espejo.
Esperar.
Cuando la única salida que te queda es volver atrás, darle la espalda y seguir hacia adelante, pero sigues intentando lo imposible.

8 de junio de 2011

Suéltalo.

Qué mal me sienta sacarte las palabras a puñetazos, en vez de buscarte las cosquillas a carcajadas.
No me gusta vivir de recuerdos. Respirar de lo bien que nos iba, de lo bonito que fue, y soñar con algo mejor.
No me conviene. Pero es mi mejor opción.

7 de junio de 2011

El final en el principio.

Que aunque llueva se acerca el verano, y no sé cómo decírselo. No conozco la manera exacta, explícita, de explicarle a mi pobre corazón que toca sufrir. Otra vez. Que los sueños se escapan, que esa manera de mirar al techo y no poder dormir no es por casualidad. Que si miras a la lluvia no es por encontrar una excusa para suspirar. Que no se olvide de su perfume, de esa manera de exclamar y de gritarte que eras feliz, que los días con sol y sin una sola nube fueron de verdad. Que me recuerde sin mirar el reloj, ni el calendario, ni el despertador. Que deje de preguntarse qué es lo que ve.
Dile a mi alma desnuda que huya ahora que tiene tiempo. Que se esconde y cierre los ojos. Que no se deje descubrir. Dile que se marche lejos y no vuelva si no quiere que duela.

No vuelvas a intentar mirarme y dejarte llevar.

24 de marzo de 2011

Extraños en un tren.

Una mirada más, y puede que el mundo explote.
   Sólo son otras dos almas perdidas.
Una vida tan rota como la tuya, un momento de tristeza compartida, de un pensamiento extraño y un poco esperanzador. Nadie lo nota, nadie se encoge.
Una infancia, un pasado común que queda lejos. Entre la niebla surge algo, otra mirada y de nuevo silencio. El paisaje cambia. Nadie lo nota. Es el mismo de todos los días. Otra vida rota se interpone, vuelve a alejarse, otra se acerca. Un nuevo instante, un respiro para volver a la comodidad. A tu obligación diaria.
Otra chispa surge. Se llama cursiosidad. La apagas sin dudarlo. Sólo es otra vida sin final, sin esperanza, sin un lugar a donde ir. Igual que tú.
El momento es efímero, y de repente pasa. Ya no está. Vuelve la chica solitaria, que se entretiene con sueños y mentiras.
Respira. Sin remordimiento.
  Al fin y al cabo, sólo son dos extraños en un tren.

11 de marzo de 2011

Nomesueltes

Ven y abrázame. Déjame perderme, olvidar todo lo que soy y fui. Permíteme llevarte, buscarte y encontrarte allí donde no estoy, donde una vez llegué y no volví.
Búscame entre las nubes, lejos, más allá del mar. Mucho más allá de todo lo que prometiste sin querer, de todo lo que alguna vez soñaste.
Guíame hasta el horizonte, donde las palabras vuelan y se pierden. No me sueltes. Por encima de todo y de lo que en realidad no importa, enséñame a llegar hasta donde yo no puedo.

Intentar.

Lo que importa es pequeño. Minúsculo. La diferencia entre ganar o perder es tan diminuta que a veces apenas conseguimos verla. Es tan pequeña como un detalle en un momento preciso, una sonrisa, una mano que se tiende al vacío sin esperar nada a cambio, un abrazo o una llamada. Por suerte, a veces conseguimos darnos cuenta de lo que realmente importa a tiempo. A veces no. Porque además de ser pequeño, es efímero. Fugaz.

25 de febrero de 2011

(una vez más,

no sé si soy cobarde, o simplemente te necesito.)

17 de febrero de 2011

Quedarse despierto es más fácil de lo que parece. Porque "siempre" es sólo una palabra. Porque el mundo tiene miedo a desaparecer, porque hay noches demasiado cortas y días que no desearíamos vivir.
Cuando las dos almas que una vez fueron una se quedaron sin palabras, simplemente dieron la vuelta y siguieron adelante.
Perdóname por no saber frenar.

9 de febrero de 2011

Hoy, ahora.

Qué bien un presente contigo, un mañana en medio de un quizás y un por qué sin respuesta. El día de hoy sin saber dónde ni cómo, sin saber en qué momento exacto llegamos allí.
Si tu mirada me ocupa en este momento, es porque cada segundo valió la pena.

30 de enero de 2011

La noche es para quien se cree feliz.

La noche es para quien desea creérselo. Noche de espinas, de locura, de luces demasiado lejanas, luces de plata que no dejan recuerdo.
La noche golpea, nos deja entreverla pero apenas dura lo suficiente para que deseemos volver a contemplarla. Y a sentirla, y a perdernos.
Impaciente, la noche espera al café del amanecer. Al despertar. Al deseo de volver, de desentrañar su olor, su magia, su beso.
La noche no sueña, es el segundo en la tormenta. Es oscura, es la más negra a pesar de los miles de estrellas. La noche es soledad.
Compañía oscura en la noche, vacía. La noche es imperfecta, vigila sus puertas y su tiempo. Explota, desea, se apaga, se va.
La noche susurra:... Intenta volar, intenta alcanzarme. Soy eterna. Intenta ser libre, estréllate. Y luego, vuelve a amarme. Vuelve a intentarlo. Idiota.

27 de enero de 2011

Inconformismo.

Somos matices y contradicciones. Hace falta más que un buen momento y un regalo de alegría superficial para poder sentirnos bien, para que hasta la más mínima parte de nuestra alma deje de gritarnos y pedirnos más, más felicidad.

24 de enero de 2011

Desorden de lunes

El caos en mi cabeza, que ni el tiempo consigue borrar, no es más que el sueño por cumplir. Sonreír a la oscuridad, hacia el olvido, regalarle un guiño al miedo, sintonizar la tristeza y ganarle una sola partida, un segundo de tu vida que permites que se vuelva amargo. Las imágenes de un mundo por descubrir, de minutos por gastar. En blanco, o tal vez de luz, de nada que tenga sentido. Volver a reír. No soy nada sólido de lo que puedas arrastrar, con capacidad de amar o confiar. Sólo soy una persona. Mírame y miénteme. Intenta definirme.

22 de enero de 2011

Dejarte ir.

Supongo que pensar en ti es perder el tiempo, es gastar el mundo. Es ver cómo mi vida se deshace, estalla y se borra. Es descubrir que me he dejado caer.
Pero es que a mí se me da muy bien tirar segundos a la basura.

19 de enero de 2011

Vuelve


-¿Te veré?...
-Tú sólo olvídame... lo demás viene solo.

17 de enero de 2011

Qué extraño conocer a alguien sin saber nada de su vida. No saber qué estudia, o trabaja, o dónde vive, ni con quién. Sólo saber si se le iluminan los ojos al sonreír, cómo le sienta el color de la noche o si tras días quemando el tiempo aún le queda algo para gastar contigo. Conocerle por cómo recibe al amanecer, por cómo aprovecha el segundo, por cómo se aferra al mundo sin dejarse caer.
Conocer cuando no quieres saber, cuando sólo quieres olvidar y sonreír. Nosotros elegimos conocernos así. Preferimos mirarnos a los ojos sin saber qué nos espera. Sin saber qué decir. Y nos sentimos tan bien, que nos dejamos llevar.

12 de enero de 2011

Quizás


Cómo sería si todo esto fuera contado por otra persona, por alguien valiente y alocado, lo suficiente como para querer volver a empezar al final de cada línea, de cada abrazo. Cómo sería si en vez de tú y yo fuéramos lo que vivimos, fuéramos esa palabra a la salida del metro o ese beso con sabor a café y sábanas.

11 de enero de 2011

Soñar.

Dormí entre papel roto y letras, entre olores. Dormí con el frío acechando, con párpados caídos y un poco de malvivir. Dormí entre sonidos, con la mente en blanco y a la vez agitada por imágenes sucesivas, extrañas.
Dormí, tal vez demasiado tiempo. Demasiado profundo. Y cuando desperté, ya no era yo.

10 de enero de 2011

Su historia.

Amar era algo que se salía de las estadísticas, y quizás por eso a ella se le daba tan mal. Era una chica corriente, una persona completamente normal.
Salvo que, para empezar, no lo era. En absoluto.

Volver a empezar.

Ojalá un día reunamos el valor de mirarnos a los ojos y gritarnos la verdad, de que tengas el valor de estremecerme hasta lo más hondo. Ojalá contigo fuera así de fácil, pero hemos aprendido a base de golpes. Ahora ambos sabemos luchar. Sabemos dejarnos llevar y no escuchar, contigo aprendí a gritar contra el viento y a seguir nadando. Me enseñaste a sonreír sin preocuparme de pensar.
Puede que no sea el año de mi vida. Quizás ninguno lo sea. A lo mejor la vida es tan sólo una sucesión de pequeños detalles. Tal vez tú me lo enseñaste.
Ven, y sabes que
no te podré olvidar.
Y sabes que, sin querer,
muy pronto estuve allí.
Que no quiero olvidarte, y sin ti ninguna parte
...es azar.