30 de enero de 2011

La noche es para quien se cree feliz.

La noche es para quien desea creérselo. Noche de espinas, de locura, de luces demasiado lejanas, luces de plata que no dejan recuerdo.
La noche golpea, nos deja entreverla pero apenas dura lo suficiente para que deseemos volver a contemplarla. Y a sentirla, y a perdernos.
Impaciente, la noche espera al café del amanecer. Al despertar. Al deseo de volver, de desentrañar su olor, su magia, su beso.
La noche no sueña, es el segundo en la tormenta. Es oscura, es la más negra a pesar de los miles de estrellas. La noche es soledad.
Compañía oscura en la noche, vacía. La noche es imperfecta, vigila sus puertas y su tiempo. Explota, desea, se apaga, se va.
La noche susurra:... Intenta volar, intenta alcanzarme. Soy eterna. Intenta ser libre, estréllate. Y luego, vuelve a amarme. Vuelve a intentarlo. Idiota.

27 de enero de 2011

Inconformismo.

Somos matices y contradicciones. Hace falta más que un buen momento y un regalo de alegría superficial para poder sentirnos bien, para que hasta la más mínima parte de nuestra alma deje de gritarnos y pedirnos más, más felicidad.

24 de enero de 2011

Desorden de lunes

El caos en mi cabeza, que ni el tiempo consigue borrar, no es más que el sueño por cumplir. Sonreír a la oscuridad, hacia el olvido, regalarle un guiño al miedo, sintonizar la tristeza y ganarle una sola partida, un segundo de tu vida que permites que se vuelva amargo. Las imágenes de un mundo por descubrir, de minutos por gastar. En blanco, o tal vez de luz, de nada que tenga sentido. Volver a reír. No soy nada sólido de lo que puedas arrastrar, con capacidad de amar o confiar. Sólo soy una persona. Mírame y miénteme. Intenta definirme.

22 de enero de 2011

Dejarte ir.

Supongo que pensar en ti es perder el tiempo, es gastar el mundo. Es ver cómo mi vida se deshace, estalla y se borra. Es descubrir que me he dejado caer.
Pero es que a mí se me da muy bien tirar segundos a la basura.

19 de enero de 2011

Vuelve


-¿Te veré?...
-Tú sólo olvídame... lo demás viene solo.

17 de enero de 2011

Qué extraño conocer a alguien sin saber nada de su vida. No saber qué estudia, o trabaja, o dónde vive, ni con quién. Sólo saber si se le iluminan los ojos al sonreír, cómo le sienta el color de la noche o si tras días quemando el tiempo aún le queda algo para gastar contigo. Conocerle por cómo recibe al amanecer, por cómo aprovecha el segundo, por cómo se aferra al mundo sin dejarse caer.
Conocer cuando no quieres saber, cuando sólo quieres olvidar y sonreír. Nosotros elegimos conocernos así. Preferimos mirarnos a los ojos sin saber qué nos espera. Sin saber qué decir. Y nos sentimos tan bien, que nos dejamos llevar.

12 de enero de 2011

Quizás


Cómo sería si todo esto fuera contado por otra persona, por alguien valiente y alocado, lo suficiente como para querer volver a empezar al final de cada línea, de cada abrazo. Cómo sería si en vez de tú y yo fuéramos lo que vivimos, fuéramos esa palabra a la salida del metro o ese beso con sabor a café y sábanas.

11 de enero de 2011

Soñar.

Dormí entre papel roto y letras, entre olores. Dormí con el frío acechando, con párpados caídos y un poco de malvivir. Dormí entre sonidos, con la mente en blanco y a la vez agitada por imágenes sucesivas, extrañas.
Dormí, tal vez demasiado tiempo. Demasiado profundo. Y cuando desperté, ya no era yo.

10 de enero de 2011

Su historia.

Amar era algo que se salía de las estadísticas, y quizás por eso a ella se le daba tan mal. Era una chica corriente, una persona completamente normal.
Salvo que, para empezar, no lo era. En absoluto.

Volver a empezar.

Ojalá un día reunamos el valor de mirarnos a los ojos y gritarnos la verdad, de que tengas el valor de estremecerme hasta lo más hondo. Ojalá contigo fuera así de fácil, pero hemos aprendido a base de golpes. Ahora ambos sabemos luchar. Sabemos dejarnos llevar y no escuchar, contigo aprendí a gritar contra el viento y a seguir nadando. Me enseñaste a sonreír sin preocuparme de pensar.
Puede que no sea el año de mi vida. Quizás ninguno lo sea. A lo mejor la vida es tan sólo una sucesión de pequeños detalles. Tal vez tú me lo enseñaste.
Ven, y sabes que
no te podré olvidar.
Y sabes que, sin querer,
muy pronto estuve allí.
Que no quiero olvidarte, y sin ti ninguna parte
...es azar.