Ojalá un día reunamos el valor de mirarnos a los ojos y gritarnos la verdad, de que tengas el valor de estremecerme hasta lo más hondo. Ojalá contigo fuera así de fácil, pero hemos aprendido a base de golpes. Ahora ambos sabemos luchar. Sabemos dejarnos llevar y no escuchar, contigo aprendí a gritar contra el viento y a seguir nadando. Me enseñaste a sonreír sin preocuparme de pensar.
Puede que no sea el año de mi vida. Quizás ninguno lo sea. A lo mejor la vida es tan sólo una sucesión de pequeños detalles. Tal vez tú me lo enseñaste.