7 de junio de 2011

El final en el principio.

Que aunque llueva se acerca el verano, y no sé cómo decírselo. No conozco la manera exacta, explícita, de explicarle a mi pobre corazón que toca sufrir. Otra vez. Que los sueños se escapan, que esa manera de mirar al techo y no poder dormir no es por casualidad. Que si miras a la lluvia no es por encontrar una excusa para suspirar. Que no se olvide de su perfume, de esa manera de exclamar y de gritarte que eras feliz, que los días con sol y sin una sola nube fueron de verdad. Que me recuerde sin mirar el reloj, ni el calendario, ni el despertador. Que deje de preguntarse qué es lo que ve.
Dile a mi alma desnuda que huya ahora que tiene tiempo. Que se esconde y cierre los ojos. Que no se deje descubrir. Dile que se marche lejos y no vuelva si no quiere que duela.

No vuelvas a intentar mirarme y dejarte llevar.
Ven, y sabes que
no te podré olvidar.
Y sabes que, sin querer,
muy pronto estuve allí.
Que no quiero olvidarte, y sin ti ninguna parte
...es azar.